Ayer se produjo la más excelsa efeméride que puede celebrar el siglo veinte. Freddie Mercury cumplía sesenta y cinco años. Hay que ser encomiástico, laudatorio, apologético, panegirista; arrodillarse ante su solemnidad y la perfección. Su voz de reina es la mejor que jamás hubo habitado entre nosotros.
Si persiste música moderna, el cetro siempre rutilará en su mano de diosa. Fue, es y será el mejor. Veinte años ya de muerte.
Mi gran pena!!! NO asistir a ninguno de sus conciertos.Un genio
ResponderEliminarMarc, revisa l'escrit ;-)
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