29 de junio de 2012

Extraño comportamiento



Últimamente se está produciendo una sucesión incuestionable de extraños comportamientos que, en una situación ficticia de sosegada normalidad, curaríamos con una dosis temporal de psicofármacos o de dinero público, pero que, en este estado de alerta permanente, se nos está atragantando más de la cuenta y, vacías las arcas, vacías las esperanzas, vacíos los bolsillos, parece no haber dios que lo remedie.

26 de junio de 2012

Mademoiselle Freud



Me produce una mezcla de pena y alegría que Freud haya sido definitivamente catalogado como el tío que estaba obsesionado con el sexo. Pena porque no es cierto. Alegría porque ojalá lo fuera.

24 de junio de 2012

Intercambio de una noche de verano



Ayer el sol se hallaba en el Trópico de Cáncer, eso es que el solsticio de verano ya ha terminado. Por la noche los más atrevidos sacaron a relucir su carácter latino del ruido, y en las calles, y en el cielo, la pirotecnia última del color estallaba wagnerianamente: hacia el norte reptaba una palmera, que culminaba con un estallido impresionista de tonalidades doradas; en la calle Prim explotaba un trueno TNT de gama media, y en la esquina de Santa María, un supergato daba el pistoletazo de salida a una traca insufriblemente interminable. La idea es hacer una hoguera en la playa para mantener la luz en la noche más corta del año, tomarse unas Estrellas y algún que otro Jack Daniel’s sino unas copas de ginebra con tónica, y velar las cercanas vacaciones, la sosegadora lentitud con que transcurrirá el tiempo a partir de ahora, el calor y su consecuencial desquite de la ropa, la aparición de los bíceps dopados, de las tetas sobresalientes del escote, de las piernas que se pierden hasta las caderas y del horrible tinte moreno de la piel y, en fin, velar por la celebración que abre las puertas al verano.

22 de junio de 2012

Hacerse el tonto



Transitaba tan tranquilo la calle Soledad cuando un grupo de retrasados se puso a cantar: vamos a la playa, pi, pi (3,14159265…), pi, en un coche nuevo, pi, pi, pi. Los miré sorprendido. Era un gran grupo. Y eran verdaderamente retrasados. Uno llevaba los pantalones tan altos que parecía que en cualquier momento todo su cuerpo se fuera a hundir en ellos, como en un enorme agujero negro hilvanado con algodón y lycra. Había otro que llevaba una gorra abanderada españolamente y le colgaba tanto la mandíbula que un charquito de baba empezaba a formársele alrededor. Había una chica que era la que entonaba con mayor entusiasmo; tal vez nunca había ido a la playa, o tal vez nunca se había subido a un coche. 

18 de junio de 2012

¡Ay, la guerra!


Reikiavik, 1972. Al fin el campeonato mundial de ajedrez se disputó lejos de las fronteras moscovitas. Bobby Fischer, de apenas 29 años, se enfrentaba a un Boris Spassky refrendado por las omnímodas ansias de triunfos del bloque soviético; un intruso americano contra una institución ideal cuyo reinado intelectual se remontaba a la obtención de 24 títulos consecutivos; un jugador (Fischer) que jamás había podido con otro (Spassky); dos superpotencias (EEUU y URSS) sumidas en el más gélido de los conflictos; una partida de ajedrez que manifestaría en su tablero el devenir de la guerra fría.

15 de junio de 2012

Varios metros bajo tierra



(Fábula sobre la muerte o, mejor dicho, sobre lo que no deberías ser)

Sucedió varios metros bajo tierra, es decir, en el metro de Barcelona. Yo, como he hecho toda la vida y como ahora solo hago cuando no me llevan el coche, he cogido el metro para volver a casa a eso de las dos: Línea Azul; dos paradas; transbordo en Sagrada Família y Línea Lila. Mientras bajaba al metro en la boca de Balmes iba pensando en leer a Nothomb; eso era lo planificado. El tren ha llegado en aproximadamente un minuto, me he subido, y mientras recorría las dos paradas antes del transbordo, he tenido tiempo para leerme unas ocho o diez página. Sagrada Família. Afortunadamente hoy he salido del despacho un poco antes; quince minutos son suficientes. Los viernes, en el metro, hay más gente, más exaltada y más entusiasmada que de normal. Guiris hay siempre, ellos nunca son normales; no en vano la Sagrada Família es el símbolo del turismo nacional-catalán, pero digamos que hoy me he librado de la marea blanquicangreja general. 

14 de junio de 2012

En clave de sexo




Debo reconocer que el sexo ha ocupado un lugar privilegiado en estas últimas columnas. Lo destaco porque antes, esto es hace dos meses, los textos que se relacionaban directamente con el sexo eran muy minoritarios. Y no sé qué ha ocurrido. Será la primavera, pero yo, que prefiero el invierno, el frío, no me llevo muy bien con los tópicos. Así que supongo que serán los hechos consumados, o será la gente, que está torrada, o serán los periódicos, que necesitan sexo, sangre, vida… Porque el sexo, más allá de vida, de placer, de semen y amor es, vaya por delante, una manifestación perfecta del comportamiento individual en una sociedad.

13 de junio de 2012

Los seducidos


(Fábula sobre Europa y el sistema financiero español)



Ayer la calle del mar parecía una marea de colores. Es la principal vía del centro de Badalona. Hacía mal día; en cualquier momento se pondría a llover, no por el cielo, que estaba entre gris y azul, sino por el viento huracanado que soplaba cual actriz del porno más demodé. Parecía una marea de colores por la plaga ingente de encuestadores comerciales que se interponían en la parte central de la calle. Acostumbran a buscar, las empresas, en principio, un prototipo de encuestador callejero guapo. Ellos, por ejemplo, son altos, guapotes, llevan la cara bien afeitada y un traje tan penoso como solo lo es su corbata. Ellas, que a veces muestran las piernas con faldas sugerentemente cortas y llevan tacones para estereotipar (más aún) el concepto abstracto de la nueva belleza, se acercan con una sonrisa de gozo y te espetan con alegría: ¡hola, guapo!, ¿tienes un minuto para…?”, nunca he sabido qué sigue.

8 de junio de 2012

Sirenas y zombies


Desde 1913, lánguida y sensual, la Sirenita de Copenague espera al joven marinero a quien entregarle su mortalidad a cambio del amor definitivo. La escultura, de 1.25 m de alto y de cobre, reposa en la Badia del puerto, en la desembocadura del Mar Báltico, y fue la musa inspiratoria de Andersen y su bonito cuento de hadas. Pero se le acabó la soledad, se acabó su tristeza, la vulnerabilidad de su virginidad: la sirenita ya tiene amante. Se llama Él, y es una escultura elaborada a partir de aleaciones metálicas, cuyo cuerpo, muy contrario al mate de la Sirena, parece un espejo rutilante de futuro. Pestañea cada hora y está colocado a solo unos metros de su coima.

6 de junio de 2012

El color de las vocales


Como mi tono de voz es notablemente grave, siempre he optado por hablar con una intensidad más bien suave. Que las ondas bajas de frecuencia se eternicen en un discurso, o que se compacten en una conversación, o que se enfaticen en una discusión, solo provoca un inmenso desgaste vocal y, lo más importante, una falta de educación para con el interlocutor muy poco redimible. No hablo de gritar sino de subir la intensidad; de hecho, gritar es lo más desagradable e indecente que puede realizar el género humano. Porque el grito se produce por una manifestación emocional casi extrema.

5 de junio de 2012

Luces y...

Cuando nace una mujer, su belleza es más bien ambigua. Poco a poco, las características femeninas se le desarrollan y con tres años ya luce una melenita corta, los ojos profundos, la forma de unos labios que la marcará de por vida. Cuando alcanza el aspecto de marisabidilla relamida, eso son los prolegómenos de la decena, la voz, aguda per se, se le va fortificando, hermetizando, modulando hacia una tonalidad mucho más consistente, firme, pura y sin sostenidos. Con la adolescencia llegan los cambios, y las hormonas cabalgan en absoluto libertinaje por la circulación sanguínea, se mezclan con los leucocitos y regulan el útero, el hígado, el corazón…

4 de junio de 2012

¿Sicalipsis andrógina?



Tiresias fue un vidente ciego, pero no de nacimiento.
Dice la mitología que dos serpientes serpenteaban una encima de la otra, es decir, que copulan, y que el adivino Tiresias pasaba por allí cuando decidió separarlas; tal vez por aquello de no traer a más inocentes a este mundo. La mujer de  Zeus, su jefe y de quien era sacerdote particular, Hera, diosa de las mujeres y el matrimonio, al conocer que Tiresias había propiciado un coitus interruptus y, por tanto, el menoscabo de un individuo reptil, decidió convertirlo en mujer para que supiera qué es eso de la maternidad y la reproducción.

3 de junio de 2012

La eternidad de las galaxias



Ahora ya lo sabemos. Dentro de cuatro mil millones de años la Vía Láctea colisionará con la galaxia Andrómeda generando una nueva galaxia. La noticia ha surgido con fuerza en todos los medios de comunicación de esta semana; La Vanguardia, por ejemplo, titulaba: “La guerra de las galaxias será con Andrómeda”; o TV3, cuyo presentador de noticias 3 24 bromeaba: “por aquel entonces ya habremos terminado de pagar la deuda”, (en catalán, claro, que todavía hace más gracia). Y tal vez ha surgido –la noticia, digo- con demasiada fuerza, porque el choque ya se presentó en el documental El Universo, su origen y su futuro en el año 2005.

1 de junio de 2012

Primavera Sound et d'autres événements


El tío debió de robar el RadioCd de madrugada y por la mañana, cuando recurrió a una tienda de segunda mano para darle liquidez al robo –suena a economía española- se encontró que la dependienta del establecimiento era la propietaria del coche siniestrado. La mujer, evidentemente cabreada por haber encontrado a primera hora su coche abierto y su RadioCd desaparecido, retuvo, entiendo que con fórmulas comerciales y aduladoras, al ladrón mientras la policía llegaba al comercio. Quiero imaginarme la cara del delincuente al verse envuelto por las preguntas inquisitivas de la autoridad ciudadana: “oiga, ¿puede decirnos de dónde ha sacado este RadioCd?” Mierda, pensaría el tío, y yo que pensaba que me iba a follar a la dependienta: “claro, señor agente, es de mi coche; pretendo venderlo pero no hay compradores, ya sabe cómo está todo, y como necesito dinero urgentemente, vendo la Radio”. “Sabe usted, caballero, que a esta señorita le han robado el mismo aparato esta mañana, y que deberemos trasladarlo a comisaría para tomarle declaración, ¿verdad?”. El hombre, cuya cara ya dibujo absolutamente descompuesta, con un rictus de ridículo y dolor, acompañó a los agentes y, una vez en comisaría, cambió la declaración: “no, verán, agentes, es que me lo vendió un amigo”. “Oh, vaya, un amigo, ¿y nos podría facilitar sus datos?, es posible que entonces sea él quien esté metido en el fregado”. “Es que, agente... a este amigo lo conocí ayer”. Corazón delator…