7 de agosto de 2012

El fantasma de Bécquer



Cada vez que leo en algún periódico “científicos de la universidad de _ descubren…”, pienso: he aquí otro de mis artículos. Y no porque crea, aunque sea remotamente, que estos buenos científicos decanos, o subvencionados, o ilustrísimos hayan encontrado la cura, el remedio o la santa panacea de cualquier enfermedad que pueda tener el mínimo interés público, no. Ni de broma. Pienso “he aquí una de mis columnas” porque sé –a ciencia cierta- que a: o bien se tratará de una chorrada investigativa, un descabellado experimento fruto del tedio o del hastío, o incluso del asco o por be: que lo que voy a leer ha sido descubierto, ¿dónde acotar?, unas cuatro o cinco décadas antes. El caso de la investigación que he leído hoy tiene un poco de ambos componentes.

3 de agosto de 2012

De profundis


Apreciado David G. Santos:

Me veo obligado a confesarle que a principios de semana, cuando llegó a mis oídos el posible pseudónimo con que va a firmar su obra en la revista que su hermano tan bien ha sabido engendrar, y en la que compartimos, mucho me temo, el honor de presidir la prosa, no me sorprendí en absoluto. El Follaviejas. No me sorprendí porque sé que es usted un personaje simpático, curioso, muy interesante e incluso muy inteligente, pero, ante todo, un guarro. De hecho, es usted tan guarro que termina siendo un sentimental.

1 de agosto de 2012

De lo inesperado



Tomé ayer una cerveza en una terraza interior del centro de Badalona, una terraza interior pequeña, de aquellas que se abren sitio en medio de unos cuentos edificios típicos, de aquellas terrazas que, si no fuera por las mesas bajitas de las esquinas con sofás demodé y los cócteles que servían en la barra exterior (trece tipos de ginebras distintas) juzgarías como tradicionales y, por tanto, agradables en vías de extinción. A las nueve, de camino a casa, conversaba sobre la gastronomía con mi pareja. Parecía buen día para cenar bacalao con un salteado de ajo, pimientos, patatas y guindilla -cuya delicia es solo comparable a la de un poema bien escrito.