19 de abril de 2012

Los nombres del arte


Dos titulares. Un museo de arte italiano quema sus obras en contra de los recortes y el Alcalde de Fucking, Austria, accede a cambiar el nombre de la aldea. Empecemos por el segundo. Fucking es una pequeña localidad austriaca, en la región de Tarsdorf, lindante con Baviera, muy próxima a Salzburgo, que, fundada en el 1070 hoy solo cuenta con 104 habitantes. Una nimiedad. Pero su celebridad, evidentemente, no emerge por su industria, ni por su actividad económica, ni por su cultura, ni por su entorno, verde pero raso, llano, plano y desaparecido, en realidad allí no se ha ocultado ningún asesino en serie, ni se ha fugado ningún político corrupto, tampoco a nadie le ha tocado el Euromillón, de hecho, su único logro es llamarse Fucking, y eso basta, al menos para los anglófonos y anglófilos que, tan demodé e igualmente cool como son, parece que les produce una terrible gracia encontrar en medio de la nada austriaca una aldea con semejante nombre.
 Bien, hoy se ha publicado la aceptación del edil para proceder al cambio de su nombre. La razón es el dinero que gastan cada vez que algún simpatizante arranca la valla enunciativa de la ciudad, y eso ocurre muy frecuentemente. Claro, la gente desea colgar en su casa una matrícula de coche, cómo no van a desear colgar un cartel metálico de un metro por metro y medio con unos caracteres negros, negrísimos, brunos sobre blanco, con el indicativo: Fucking, jodido, follado, y, en su mejor acepción, el infinitivo. Una de las actividades más ejercidas en Fucking es la de detenerse con el coche ante la señal y hacerse una foto posando de algún modo histriónico o erótico-sexual. Me parece sugerentemente lamentable. Aquí en Catalunya, por ejemplo, disponemos de nombres tanto o más simpáticos que Fucking –rodeado, por cierto, de otras dos ciudades, Peeting y kissing- así en Gerona se encuentra Espolla, o la ciudad de Berga, en Barcelona. También en Galicia está la localidad de Picha, incluso Novela, pequeña aldea de A Coruña. En Zamora encontramos Guarrete y Arroyo del cabrón, Cosa, en Teruel, Esto, también en A Coruña. O calavera de abajo (León), Buenas noches (Estepona), Los infiernos (Murcia), Valdeinfierno (Córdoba), Tembleque (Toledo) o Aldeaquemada (en Jaén). En Aldeaquemada precisamente podría haberse dado el titular que queda por tratar, pero por desgracia ha ocurrido en Nápoles, en un pequeño museo de arte contemporáneo cuyo director, entre rebelde y contumaz, más contumaz que rebelde, se ha puesto a incendiar las obras de los artistas que exponían temporalmente para denunciar las míseras inversiones públicas y privadas que el museo ha recibido durante estos últimos tres años. Hoy ha quemado un cuadro de Rosaria Matarese, según declara el director, con su consentimiento previo: “he sentido mucho dolor, pero era necesario”, afirmaba horas después la autora napolitana con una frase entre dramática e irremediable. El caso es que el director del centro, Antonio Manfredi, quiere que se considere el museo un servicio público, y recibir los fondos de ayuda correspondientes.
Desconozco si el Gobierno Italiano accederá a esta petición tanto como si el pueblo de Fucking terminará por cambiar su nombre. En ambos caso la empresa se me antoja harto complicada. La publicidad está hecha, las ideas empezarán a fluir ciclónicamente. En Facebook se harán propuestas para convertir Fucking en centro de peregrinaje sexual, y en Twitter se subastarán las obras de la pobre Matarase por caridad humana.
Tal vez, incluso, las noticias lleguen a oídos de Sheldon Adelson, el magnate norteamericano. Con un poco de suerte se anima y compra el museo y cuelga los cuadros en las paredes del nuevo EuroVegas del condado de Fucking: la jugada sería tan estúpida como perfecta.

3 comentarios:

  1. He de reconocer que no conocía ninguno de los titulares, pero el tema del nombre de esa pequeña localidad austriaca no es excepcional, como tu bien has dicho.
    Personalmente creo que lo peor es el gentilicio de los habitantes de esos pueblos, porque curioso hay que reconocer que sí lo es.

    Un saludo!

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  2. Lamento el cambio de nombre de Fucking, más que nada por el respeto a la toponimia, que no es cosa de ayer; por eso hay que llevar con orgullo ser de Berga, de Cabezón de la Sal, de Tembleque y de tantos otros con significados connotativos que llevan a sus naturales a sufrir las bromas tontas de los del pueblo de al lado. Lo contrario, es decir, lo que han hecho en Fucking, es una rendición a la estupidez de lo políticamente correcto y a la estulticia de los vecinos ceporros. Pero no hay que pensarse que por aquí estamos libres de esa claudicación. Antes de llamarse con el ostentoso nombre de "Soto del Real" y de que se llenara con nuevos vecinos más pudientes esta población madrileña era conocida desde siglos como "Cabañas del Rey", pero se ve que a los patrocinadores del plan urbanístico les sonaba demasiado rústico.

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  3. Es todo propaganda. De entrada hay mucha gente que ahora sabe que existen, por ejemplo.. yo.
    Besos

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