10 de noviembre de 2011

Pasta seca para la inmobiliaria europea


Vi el cartel hace unas semanas. Me quedé atónito, apoplético, considerando definitivamente que a la gente la toman por tonta. Fue en una de las sucursales de la recién arreplegada CatalunyaCaixa:  un cartel comercial tendido en la pared de la entrada, un chico y una chica, jóvenes ambos, risueños, felices, ella con un manojo de espaguetis secos sujetos entre el labio superior y la nariz caracterizando un bigote señorial, él, más penoso, con  un ravioli en el ojo, cual pirata. Pata de palo. Bajo sus fotografías, en caracteres simpáticos, la frase denunciable: esta es la única pasta que necesitas para entrar en tu piso.
Es decir: que te olvides del dinero, de los pavos, de los críticos euros, que no, que no te importe la pasta, que la fresca, la de comer será la única que necesitarás para tener tu primer, segundo o tercer piso. ¿Qué pretenden? Si es una broma macabra, no está mal. Poco aguda tal vez, insuficientemente perspicaz, pero cruel. Pero si no es comedia, la promoción tiene profunda mala leche. Con hipotecas casi seglares, que atan a cincuenta e incluso sesenta años vistos; con alquileres al alcance de la suerte y el lujo, CatalunyaCaixa soluciona el problema. ¿Dinero, pasta? Qué va. Trae espaguetis, macarrones, tallarines, lazos con los que te amordazaremos sutilmente, con mucha delicadeza, pero con nudos de marinero, para toda la vida.
Al contemplar el cartel lo entendí: de acuerdo, nada de dinero, solo pasta. Y dije: ¡pero claro! Pasta italiana, pasta griega, la misma que ha hundido parte europea, la misma pasta mayestática que todo el mundo conoce, de la que todo el mundo habla, y que nadie en realidad posee.
Es una oferta europea: pasta italiana o pasta griega a solo 1 € la unidad, patrocinado por CatalunyaCaixa, el FMI y el Banco Central Europeo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario