Su comentario en la red ardió como ave celeste de pólvora. Es un chaval peruano, joven, Luis Andrés Huertas se llama, y dijo: “En España los homosexuales y las asquerosas lesbianas se pueden casar. Cristo llora cuando esto pasa. Destruye a las familias cristianas”. Y se quedó tan ancho. Bueno, tan ancho del ancho, no. No, porque las críticas que ha recibido han sido –afortunadamente- voraces.
Pongamos por principio. Este joven devoto, apodado Amante de Cristo, ya la hubo liado tiempo atrás en una cuenta donde manifestaba y declaraba su intensísimo amor por el mesías de la cruz y los pasajes opulentos de la Biblia, Diosito es mi pastor. Más patético todavía. Lo cerró porque no lo dejaban tranquilo –afortunadamente. El miércoles noche escribió el anterior comentario descrito y homófobo y apenas necesitaron los internautas dos escasas horas para contestar y recriminar su actitud. Se hizo con comedia; como quien se ríe de un deficiente. Así, pongamos por principio, es como se rieron de él; y afortunadamente. Hashtags y misivas, Luis Andrés Huertas no se achinó y afirmó que “gays y lesbianas son destructivos, leprosos y merecen la muerte”, que “para eso Cristo mandó el sida, para acabar con los homosexuales”. La historia tiene tela. En la primera frase diferencia estúpidamente homosexuales y, con magno apelativo, asquerosas lesbianas. Es, claro, totalmente distinto. Luego se abastece de una conjunción copulativa y para culminar con el merecen la muerte. Desde luego el sida se mandó, y no solo eso, sino que fue mandado por Jesús, porque Jesús mandaba de todo: besos, abrazos, fes, paz, amor y sida. Prosigue con perlas como “España es un país tomado por el diablo donde se practica sexo en la calle como perros” o “las mujeres no deben llevas faldas por encima de los tobillos si no quieren arder en el infierno”. A una de las preguntas formulada por un internauta cuyo nombre no mentaré porque lo desconozco absolutamente en que se le interrogaba por qué opinión le merecían los abusos y violaciones en el seno de la iglesia a menores recientemente destapados, don Luis Andrés alias el amante de Cristo contesta: “ellos (los niños) se lo han buscado”. Pero no solo describió a su sector social y religioso, también habló de deporte: “¿Qué prefieres: a Messi o a Cristiano Ronaldo?”, le pregunta otra. Sorpresa súbita: el nombre no acometió, ni tan solo el color del señorío. “Cristiano Ronaldo es un homosexual asqueroso”. Y punto.
Este individuo está desequilibrado: tiene obsesión por Cristo, por los homosexuales y por el adjetivo asqueroso. Ha quedado claro. Pero lo mejor todavía no ha llegado. El chaval se describe como el chico fresa, porque dice arreglarse e ir siempre bien vestido. Esto olía a homosexualidad reprimida ya de buen comienzo. Estos asquerosos cristianos…
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